A partir de ahí comencé a trabajar en talleres de ebanistería hasta que decidí ponerme a tiempo parcial e ingresar en la Escuela de Artes y Oficios de Salamanca, en la especialidad de Ebanistería Artística.
Acabado este periplo, la Junta de Castilla y León me reconoció como artesano y, a partir de ese momento, es cuando empiezo a crear el pequeño taller de Tope y Cuña.
Este taller se basa en los métodos de trabajo tradicionales. Así, por ejemplo, las colas de milano las sigo elaborando de forma manual (sólo me hace falta un gramil, un serrucho de precisión y un formón).
Los trabajos que más realizo son de muebles tradicionales, de restauración y creaciones propias que siempre tienen un fondo de tradición, a pesar de algunos diseños modernos en la decoración.
Materia prima
El éxito de cualquier trabajo que se realice en madera depende del conocimiento que tengamos de la materia prima a utilizar. En Tope y Cuña se trabaja fundamentalmente con cinco clases de madera: roble, nogal, haya, fresno y castaño.
A continuación os explico un poco algunas características de las distintas maderas que uso.
ROBLE (Quercus): La mejor madera procede de los árboles que crecen en bosques, pudiendo alcanzar hasta 30 metros de altura. Con el roble se consiguen acabados de excelente calidad.
Todos los trabajos de madera exigen unos acabados que la embellezcan o que resalten su propia veta. Para esto fundamentalmente uso barnices al agua, cera y extracto de nogal natural para los tintes. En la taracea uso barniz de poliuretano.
Intento utilizar siempre materiales que no sean nocivos para el medio ambiente. Así, nunca uso tintes al disolvente, aerosoles y demás materiales de uso industrial que son nocivos tanto para los humanos como para la propia naturaleza.
Generalmente, el tipo de ensamble de las piezas es a cola de milano manual, aunque también hay algunas a caja y espiga.
Tal y como ya he comentado los ensambles se hacen de forma manual, garantizando una durabilidad que supera con creces los ensambles industriales.
Decoración de la madera
Uso dos tipos fundamentales de decoración: la talla y la taracea.
La talla que realizo es de origen pastoril, ligada a mi tierra. Es conocida también en algunos manuales de madera como muesca geométrica. Dentro de la talla también realizo rosetones medievales, también ligados a nuestro entorno, inspirándome para su creación en los rosetones de las iglesias románicas que hay tanto en mi propio pueblo (iglesia románica del siglo XII) como en la ciudad de Salamanca.
Por su parte, la taracea que realizo es fundamentalmente ajedrezados, jaspeados y abstractos. No sigo en esta decoración ninguna tradición, puesto que en Salamanca no ha existido nunca tal decoración. La razón de esto radica en la dureza de la mayoría de las maderas, por ejemplo en mi pueblo la madera más abundante es la de encina. Así, existe más tradición de incrustación que de taracea. La incrustación que se realizaba era fundamentalmente de hueso. Os preguntaréis por qué no la hago y la razón es sencilla: para incrustar hueso previamente hay que cocerlo y desprende un desagradable olor.
Supongo que habrá más cuestiones de trabajo que a algunos de vosotros pueden interesar, pero que en este momento no se me ocurren o sería demasiado extenso de explicar. Si alguno tiene interés en alguna cuestión en particular, no dudéis en poneros en contacto conmigo.