- Rumbo al Museo del Louvre
-
¿Cuál es el sueño de un artista de la pintura? Sin duda, uno de sus deseos podría ser exponer en los más importantes museos del todo el mundo. El Museo del Louvre lo es. Y la pintora cacereña Ana Hernández va a lograr hacer realidad su sueño.
El prestigioso museo parisino acoge cada año dos exposiciones de arte contemporáneo en el Carrusel del Louvre. Zona ubicada en la conocida pirámide de cristal, a la entrada de la pinacoteca. Allí, pintores de todo el mundo tienen la oportunidad de exponer sus obras. En esta ocasión, durante los próximos días 19, 20 y 21 de octubre Ana Hernández verá colgados sus cuadros en este importante espacio.
La pintora explica que ha logrado llegar hasta la ciudad de las luces de la mano de su galerista italiano. Él fue el que presentó la propuesta para que nueve de los pintores que exponen en su galería de Paestum (al sur de Italia) pudieran llevar sus obras hasta el Louvre. Y es que Hernández ha vivido durante 17 años en Italia (hace uno regresó a Cáceres donde nació hace 39 años), y allí es donde se ha formado pictóricamente y ha conseguido hasta la fecha el principal reconocimiento a su obra.
«Mi galerista me llamó en Navidad para decirme que habían aceptado su solicitud», afirma.
La artista cacereña expondrá en París cinco o seis de sus obras, según el espacio que finalmente puedan ocupar en la pirámide del Louvre. Hernández de San Pedro quiere tener todo listo y bien atado para la llegada del gran momento. Por ello, ya está preparando las obras. Y pintando. Porque su objetivo es que, al menos, tres de los cuadros sean inéditos. Nuevas creaciones que vean por primera vez la luz en París.
Un trampolín
Es una gran oportunidad. Por la feria del Carrusel del Louvre pasean su arte pintores de distintos puntos del planeta. «Es un trampolín», reconoce la pintora. «Además de galeristas, hasta allí acuden también compradores y gente muy interesada en el mundo del arte».
La pintora ‘italocacereña’ describe su pintura como surrealista. Suele pintar figuras femeninas, pero no reales. De ella destacan sus marionetas y cuadros llenos de símbolos y metáforas. Sus «llaves y crerraduras» son un buen ejemplo de ello. Y, por supuesto, el color que otorga a sus creaciones.
Tras su regreso a Cáceres, no tiene previsto de momento volver a moverse de Extremadura. En Italia dejó el reconocimiento de sus obras y varios premios a su carrera. Ahora quiere darse a conocer en su ciudad. «Tenía mucho miedo a volver, a desembarcar aquí, porque en Italia ya tenía un nombre», asegura. Pero la buena acogida a sus últimas muestras, como la del pasado mes de mayo en el Gran Café, le hacen pensar que «aquí también hay respuesta». Aunque lo que ahora ocupa su pincel es el Louvre.
FUENTE: DIARIO HOY EXTREMADURA